Muy buena la actuación de un longevo Michael Douglas logra en esta pequeña película que tiene un reducido reparto y que se hace entrañable con acertadas actuaciones . El resumen argumental de la cinta se adentra en la vida de la adolescente Miranda (Evan Rachel Wood) que para mantenerse junto a su padre trabaja en un McDonalds que representa un poco la vida actual; todo rápido, esquematizado y sin muchas variaciones. En cambio su padre Charlie (Douglas) que viene recién viene saliendo de una institución de sanidad mental y después de haber leído en la biblioteca unos libros sobre unos tesoros perdidos en California, sale decidido a buscarlos en lo posible con la ayuda de sus incrédula hija. La aparición de esta figura paterna le quita parte de su relativa paz, pero él esta desgastado por el abandono de su mujer que dejo la responsabilidad de criar a su hija y a la vez alejarse del jazz, su gran pasión. Charlie se dará entonces una última oportunidad que se le ofrece de enmendar y dejar un legado para su querida hija con la búsqueda de este tesoro.
Un cine intimista, hecho en las barbas de Hollywood y que tiene pretenciones de mostrar un honesto drama, de redención y reencuentro entre dos seres que se aman pero que no hayan como decirlo. Lo paradójico de esta película es que la persona que esta insana es la única que tiene un objetivo de vida en mente, el resto solo trata de llevarle el ritmo. Mike Cahill que anteriormente había dirigido solo un documental, dirige esta película convirtiéndose en sus debut como director y aquí también las oficia como escritor brindando sus relato en off de Miranda las guías necesarias para entender e interpretar la actuación de sus personajes.
Un cine intimista, hecho en las barbas de Hollywood y que tiene pretenciones de mostrar un honesto drama, de redención y reencuentro entre dos seres que se aman pero que no hayan como decirlo. Lo paradójico de esta película es que la persona que esta insana es la única que tiene un objetivo de vida en mente, el resto solo trata de llevarle el ritmo. Mike Cahill que anteriormente había dirigido solo un documental, dirige esta película convirtiéndose en sus debut como director y aquí también las oficia como escritor brindando sus relato en off de Miranda las guías necesarias para entender e interpretar la actuación de sus personajes.
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