viernes, 2 de enero de 2009

CREPUSCULO


A fines de los ochenta hubo un taquillera película de vampiros adolescentes llamada “Lost Boys” la cual lanzó al estrellato a Jason Patrick y Kieffer Sutherland, narrando la historia de un amor amor prohibido entre un chico recién llegado al pueblo de Santa Clara y una chica que pertenecía a esta secta de jóvenes ávidos de sangre. Con Crepúsculo basado en la exitosa novela de Stephenie Meyer la idea básicamente es la misma. Una chica llamada Bella se va a un pueblo de no más de 4 mil personas a vivir con su solitario padre que es policia, allí conocerá a un enigmático jóven compañero de la secundaria Edward Cullen con el que entablará una relación que nadie había logrado y cuya familia tiene ciertas reglas de no mezclarse demasiado con personas fuera de su círculo íntimo. Nacerá entre ellos un amor imposible, el tiene mas de cien años y controla a través de tratamiento su instinto chupasangre que en cualquier momento puede traicionarlo. Pronto otro grupo rival pondrá en la mira a esta chica que no descansará hasta cazarlo y beber su sangre.

El nudo argumental de la cinta resulta bien básico y predecible pero posee un halo de encanto basado en sus reparto que no tiene estrellas rutilantes y sus rostros enigmáticos más la buena banda sonora brindan entretención, romance y acción encantando principalmente a los adolescente pero no obviando ciertos paralelos incluso con la bella y la bestia.
Es uno de los fenómenos de taquilla de la temporada es dirigida por Catherine Hardwicke que anteriormente entregó acertadamente “A los trece” con una Holly Hunter descomunal también narrando temáticas adolescentes. La protagonista Kristen Stewart muestra una evolución notable desde su participación en “La habitación del pánico” como la enferma hija de Jodie Foster. Hasta ahora con más de quince films esta bella chica de tan solo 19 años logra su consagración saliendo del anonimato gracias a los más de doscientos millones de dólares recaudados por esta modesta pero entretenida cinta en todo el orbe.

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